En “La voz vivida”, título de este debut en solitario, Antonia cuenta con el guitarrista Juan Ramón Caro, a la que acompaña en los últimos tiempos, y que con su especial sensibilidad para el cante se ha convertido en su cómplice ideal, haciendo de la obra también algo suyo.
Destaca en esta grabación el cuidado en los arreglos del experimentado Diego Magallanes, la delicadeza del violín de José Gregorio Lovera o la versatilidad del pianista Alfonso Aroca, premiado como ella en el festival minero.
Entrando de lleno en el contenido de la grabación, con letras de José Javier Portillo, Salvador Pendón, Francisco Acosta y Contreras-Caro, comprobamos que presente y pasado se unen en este espléndido disco con una Soleá donde hay referencias a antiguas cantaoras, Cantes de Málaga con un emotivo recorrido por Verdiales, en compañía de la Panda Primera de Comares, más el recuerdo al Breva y La Trini, Cantiñas con un repaso a estilos casi olvidados, Granaína y Media Granaína con toda la esencia de sus directos, Tangos, Bulerías, Guajira y Vidalita interpretadas con elegancia y equilibrio entre el ayer-hoy y, para terminar, una Minera que resume la voz vivida en una mágica noche con Lámpara incluida.
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